viernes, 17 de junio de 2016

GALLETAS DE ZANAHORIA, CANELA Y JENGIBRE




No hace mucho tiempo que he descubierto lo de la verdura en los platos dulces. La primera vez que probé una carrot cake, o tarta de zanahoria, me quedé gratamente sorprendida. Ha pasado a ser uno de mis bizcochos preferidos y en mi casa también. 

Siguiendo con la verdura, aquí os presento unas galletas de zanahoria, canela y jengibre que están para quitar el hipo. También ocupan un lugar importante en mi recetario personal. Espero que os gusten.

INGREDIENTES

  • 150 gr de mantequilla en dados
  • 50 gr de azúcar moreno de caña integral
  • 50 gr de azúcar blanquilla
  • 250 gr de harina de trigo
  • 2 zanahorias medianas
  • 1/2 cucharadita de canela
  • 1/4 cucharadita de jengibre
  • (azúcar glasé, opcional)




PREPARACIÓN

Empezamos por las zanahorias, las pelamos y rallamos con un rallador de orificios más bien pequeños. Añadimos a la zanahoria la mantequilla en tacos y amasamos con las manos, creando una masa pegajosa. Incorporamos los azúcares, la canela y el jengibre y mezclamos todo.

Seguidamente añadimos la harina tamizada y seguimos amasando hasta conseguir una masa uniforme. Hacemos una bola y la colocamos en un bol, tapada con film transparente y la dejamos en la nevera, al menos, durante media hora, Cuanto más tiempo mejor.



Pasado el tiempo de nevera,  sobre una hoja de papel de horno un poco enharinada, colocamos nuestra masa. Ponemos otro papel de horno encima y con ayuda de un rodillo o una botella estiramos la masa hasta conseguir un grosor de unos 4-5 mm en toda su superficie. Ponemos la masa tal y como está sobre una bandeja y la metemos otra vez en la nevera, durante al menos una hora, para que se endurezca un poco y poder trabajarla después mejor.  Si tienes prisa puedes meter la masa al congelador. Al manejar la masa, con el calor de las manos y del ambiente la masa se ablanda y es mas difícil su manejo. Además al hacer los cortes de las galletas, estas perderían la forma con mayor facilidad.

Precalentamos el horno a 180º C, arriba y abajo.


Sacamos la masa de la nevera y bien fría empezamos a cortar la masa con un cortador, dando a las galletas la forma deseada. No tengo cortador para galletas, así que utilicé unos aros de emplatar que me venía bien de tamaño.

Sin perder mucho tiempo, colocamos las galletas en una bandeja con papel de horno, no muy juntas y las metemos en el horno durante unos 12-15 minutos, hasta que tomen un poco de color.

Los recortes sobrantes los volvemos a trabajar y estiramos la masa. La volvemos a meter a la nevera.


Sacamos del horno las galletas y las dejamos enfriar, a poder ser sobre una rejilla.




Seguimos horneando hasta terminar con la masa, siguiendo el proceso anterior. 






Una vez frías, a las de la segunda hornada, les he espolvoreado un poco de azúcar glasé. Para los que no tienen miedo al azúcar ...






Riquísimas,... con o sin azúcar glasé. Para la merienda, para el desayuno, para media tarde con un té o un café.











Estas galletas han servido, además, para acompañar un cremoso de canela de Martín Berasategui, que presento en otro post para uno de los retos que cada mes nos brinda Cooking The Chef, y que me ha gustado mucho preparar y sobre todo degustar.



No hay comentarios:

Publicar un comentario