Hola, hoy es sábado. Un estupendo sábado soleado de primavera. He pasado una mañana muy agradable con mi hijo, sin prisas, sin horarios, sin obligaciones. Hemos salido a por mi regalo de cumpleaños, a comprar unos zapatos, pero siempre me suele pasar lo mismo. Tengo un pie generoso, uso un 41 y suele ser complicado encontrar los zapatos que me gustan porque traen pocos pares, así que me he ido sin nada. He encargado unos que espero lleguen el lunes, a ver si tengo suerte. Serán su regalo para mi cumpleaños.
Después hemos ido a hacer los recados al supermercado que está cerca de casa y seguido a encargar un pollo asado para la cena. Estábamos tan a gusto y el tiempo era tan agradable que nos hemos sentado en una terraza a tomar un refrigerio. Daba pereza ir a casa, pero... había que ir a comer. Mi hijo, que tiene 21 años, ha tenido problemas de sobrepeso, y digo con orgullo y con cautela, que ha tenido. Espero que no vuelva a pasar por lo que ha pasado. En julio del año pasado se subió sobre la báscula y dijo,... "hasta aquí he llegado". Empezó a cuidarse y nueve meses más tarde, con mucho sacrificio y haciendo mucho deporte ha llegado a bajar 40 kilos. Los dos hemos llorado mucho pero ahora mismo estoy tan orgullosa de él que lloro de satisfacción y alegría. Es muy difícil para cualquiera aguantar tanto sacrificio pero él además tiene otros problemas médicos que todavía le dan más valor a lo que está haciendo. No sabe que estoy escribiendo esto, pero cada día que puedo le digo lo orgullosa que me siento de él. Me habéis pillado un poco sensiblera.
El asunto es que era la hora de comer y el tenía su puré de verdura y su ración de carne de ternera a la plancha y yo... que voy a comer yo. No como carne habitualmente, sólo si me ponen un buen chuletón delante, jaja, ... Me encanta la carne, pero no me conviene.
He abierto la nevera y he sacado unas cuantas cosas para preparar una ensalada y al final he preparado estas barquitas sencillas, que bien valen para un aperitivo, como ensalada o una cena fresca de verano.
INGREDIENTES
- Lechuga variada (Gourmet)
- Tomate
- Cebolla fesca
- Palitos de cangrejo
- Aceitunas rellenas de anchoa
- Endivias
- Almendra triturada tostada
- (mi toque personal)
Vinagreta:
- 1 cucharadita de mostaza de Dijon
- Aceite de oliva virgen extra
- Vinagre de manzana
PREPARACIÓN
La elaboración no tiene ningún misterio, así que lo explicaré bien rápido. En un bol poner la lechuga variada tipo Gourmet y con una tijera trocearla para que los trozos sean más homogéneos. Picar la cebolla fresca o cebolleta en daditos y hacer lo mismo con el tomate previamente pelado. Trocear los palitos de cangrejo o txaka en trozos pequeños o tiras, al gusto. He usado 4 o 5, no lo tengo claro porque he cogido 6 y según iba troceando iba comiendo. Coger una lata pequeña de aceitunas rellenas de anchoa y lo mismo picarlas.
Mi toque especial que menciono en los ingredientes es una pequeña ración de verduras pochadas que habían sobrado del día anterior, pimiento verde y rojo con cebolla cortados en brunoise, cocinados lentamente con un poco de vino blanco. Mezclar todo.
Para la vinagreta, en un bote de cristal poner una cucharada de mostaza de Dijon, aceite le oliva virgen y vinagre de manzana, 1/3 de la cantidad de aceite, más o menos. Sin sal, no he usado nada de sal. Cerrar el bote y mezclar bien.
Para darle un punto crunchi... he añadido una pizca de almendra triturada tostada y listo.
Este ha sido mi menú y de postre unos trocitos de queso parmesano.
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